La economía solidaria no es un
tema fácil de tratar y menos de ponerlo en práctica, ya que supone que los que
más beneficios obtienen dejaran de tenerlos tan altos para que otras personas
tengan una mínima oportunidad de poder progresar económicamente y esto es
bastante difícil de obtener con la avaricia que hay hoy en día. Pero hay mucha
gente que no se preocupa solo de sus intereses (en este caso económicos) y se
preocupa por el de otras personas e intenta que todo el mundo pueda obtener sus
necesidades básicas mínimas.
Para empezar nos haremos la
pregunta de si puede haber un mundo solidario y con ello una economía
solidaria. En principio y tal y como están las cosa seria bastante difícil
conseguirlo pero con esfuerzo y aportando lo confianza en ello se puede
conseguir.
La economía solidaria quiere
promover un desarrollo duradero integrando las necesidades de las generaciones
actuales y futuras. El objetivo principal de la economía solidaria es favorecer
la expansión de cada ser humano y permitir que cada uno obtenga lo mejor
posible, a lo largo de su vida, el tiempo dedicado a la formación, a una
actividad remunerada, al voluntariado y a la vida familiar o personal. La
economía solidaria es una vía alternativa y prometedora para el conjunto de la sociedad,
está basada en la tolerancia, la libertad, la democracia, la transparencia, la
igualdad y la salida hacia un mundo mejor y más repartido económicamente.
SIGAMOS EL EJEMPLO DEL MUNICIPIO
DE LAVAPIES.
EL MERCADO MUNICIPAL DE LAVAPIÉS
SE ESTRENA CON PUESTO DE ECONOMIA SOCIAL.
A punto de ser engullido por una
gran cadena de supermercados, el mercado de San Lorenzo pervive en el barrio de
Lavapiés con proyectos de autoempleo diversos. Varios grupos de personas,
muchas ligadas a centros sociales como el Patio Maravillas o Tabacalera, han
recuperado este mercado municipal para habitarlo con puestos de economía social
variopintos: crianza natural, jardinería, alimentos ecológicos o comida
preparada, entre muchos otros.
Con esta iniciativa se regenera
el tejido productivo del barrio de Lavapiés con proyectos de economía
solidaria. También se preserva así un espacio común de la gentrificación, como
ha ocurrido con el mercado de San Miguel, en
barrio de La Latina, donde ahora sólo compran los turistas. (Portal de
la economía. Solidaria).
¿Cómo crear el mercado social?
El mercado social no puede nacer
espontáneamente. Ha de ser impulsado desde las organizaciones representativas
de los sectores cooperativos, de la economía social y del consumo responsable.
Tenemos diversos ejemplos que avalan esta necesidad de impulso consciente.
Existen diversas propuestas,
entre las que se encuentran acercar a empresas sociales para que acaben
haciendo negocios o proyectos juntas; organizar actos que promuevan la
interoperación entre productores, y entre productores y grupos de consumidores;
la creación de unas páginas amarillas virtuales de la economía social, una Web
que recoja quién hace qué, dónde, cómo y por cuánto en la economía social; un
carnet cooperativo de consumidor; diseño y ensayo de instrumentos de garantía
social dirigidos a los consumidores.
También contamos con el comercio
justo, otros de los componentes de la economía solidaria que intenta alcanzar
los objetivos de facilitar la entrada al mercado de productores más
desfavorecidos e intentar cambiar las reglas injustas.
Es la única red comercial en la
que los intermediarios (importadoras, distribuidoras o tiendas) están
dispuestos a reducir sus márgenes para que le quede un mayor beneficio al
productor.(y al consumidor)
(P.E.S.)
“ECONOMIA SOCIAL Y SOLIDARIA:
NUESTRO CAMINO COMÚN HACIA EL TRABAJO DECENTE”
MANUAL DE LA OIT SOBRE ECONOMÍA
SOCIAL Y SOLIDARIA 2011
“ECONOMIA SOCIAL Y SOLIDARIA: NUESTRO CAMINO
COMÚN HACIA EL TRABAJO DECENTE” Publicación del Centro Internacional de
Formación de la OIT, en respaldo a la segunda edición de la Academia sobre
Economía Social y Solidaria, del 24 al 28 de octubre de 2011, Montreal, Canadá.
Prefacio de la publicación
Después de la crisis financiera
en 2007-2008, algunas regiones y países, particularmente en Asia y América
Latina, fueron testigos de signos alentadores y acelerados de recuperación en
la economía real, en términos de empleo y reducción de la pobreza. No obstante,
debido a la crisis de la deuda soberana en Europa que comenzó con el episodio
griego a mediados de 2010 y la continuada recesión de balance en los Estados
Unidos, el mundo ha entrado en una nueva fase de crisis financiera, económica y
social internacional. En un contexto de grandes desequilibrios sociales y
económicos y una inestabilidad cada vez más creciente, la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), con el apoyo de muchos otros interlocutores,
defiende una globalización más equitativa y justa, con el trabajo decente en el
centro de la política pública.
La Declaración de la OIT sobre
justicia social para una globalización equitativa, adoptada por la Conferencia
Internacional del Trabajo en junio de 2008, ya reconocía que "las empresas
productivas, rentables y sostenibles, junto con una economía social sólida y un
sector público viable, son fundamentales para un desarrollo económico y
oportunidades de empleo sostenibles". En realidad, la economía social y
solidaria desempeña un papel significativo y creciente en la economía real
mediante la provisión de empleo, protección social y otros beneficios sociales
y económicos. Del mismo modo, el Pacto Mundial para el Empleo (2009) reconoció
que "las cooperativas, desde las muy pequeñas a las grandes
multinacionales, proporcionan empleos en nuestras comunidades".
Debido a sus características
distintivas y ventajas comparativas, incluyendo la gobernanza democrática y la
gestión autónoma, las empresas y organizaciones de economía social y solidaria
son alentadas por un creciente número de Estados. Se están creando los marcos
de política para el desarrollo de la economía social y solidaria a escalas
nacional y regional en todo el mundo. Se basa en asociaciones entre los
gobiernos, los interlocutores sociales y la sociedad civil. También está
ocurriendo en países de América Latina. Por ejemplo, se están produciendo
reformas de política y legales en Bolivia, Ecuador y Perú para reconocer el
papel que desempeñan las cooperativas y otras organizaciones de economía social
y solidaria en la reducción de la pobreza y la promoción de la inclusión
social.
Actualmente, la economía social y
solidaria es una realidad en la vida de muchas personas, porque promueve
valores y principios que se centran en las necesidades de las personas y en sus
comunidades. En un espíritu de participación voluntaria, autoayuda y autonomía,
y a través de empresas y organizaciones, busca equilibrar el éxito económico
con la equidad y la justicia social, del nivel local al nivel mundial. En el
Canadá, donde tiene lugar esta segunda Academia, más del 30 por ciento de la población
son miembros de cooperativas. En el Brasil, las cooperativas producen el 75 por
ciento del trigo y el 40 por ciento de la leche, y las exportaciones
cooperativas superaron los 1 300 millones de dólares.
Promover la economía social
significa contribuir a cada dimensión del Programa de Trabajo Decente. Las
empresas y organizaciones en la economía social y solidaria crean y mantienen
empleos y medios de vida, amplían la protección social, fortalecen y amplían el
diálogo social a todos los trabajadores y promueven la aplicación y
cumplimiento de normas para todos. En estos tiempos de crisis e inestabilidad,
la promoción de la economía social y solidaria, dentro del marco del Programa
de Trabajo Decente, es una forma eficaz de promover la justicia social y la
inclusión social en todas las regiones.
La OIT ha sido una pionera en la
promoción de la economía social y solidaria. En 1920, el Director General de la
OIT, Albert Thomas, creó el servicio de cooperativas de la OIT. En la década de
1980, la OIT desarrolló el concepto de 'finanza social', y a finales de la
década de 1990 se había convertido en una pionera en apoyar el desarrollo de
las sociedades mutuales para ampliar la protección social. En 2001, la CIT
adoptó un "Nuevo Consenso" sobre seguridad social que dio la máxima
prioridad a la ampliación de la cobertura para quienes tenían ninguna, haciendo
que la OIT incrementara aún más su apoyo a los esquemas comunitarios de
protección y las sociedades mutuales. En 2002, después de la adopción de la
recomendación 193 sobre la promoción de las cooperativas, el Director General
de la OIT, Juan Somavia, afirmó que las cooperativas eran "uno de los
instrumentos más poderosos en el proceso de crear empleos decentes". Más
recientemente, la OIT comenzó a promover las 'empresas sociales' y el 'emprendimiento
social' y, en 2009, la OIT lanzó el Plan de Acción para la promoción de las
empresas y organizaciones de economía social como resultado de una Conferencia
Internacional celebrada en Johannesburgo. La Organización de Naciones Unidas ha
designado el 2012 como el Año Internacional de las Cooperativas.
Actualmente, el concepto de
economía social y solidaria figura en un gran número de acciones de la OIT,
como los programas que demandan gran cantidad de mano de obra, promoción del
ecoturismo y el comercio justo, apoyo a los pueblos indígenas, proyectos de
desarrollo económico local, iniciativas comunitarias sobre VIH/SIDA,
"empleos verdes", empresas sostenibles y el "piso de protección
social". La OIT ha desarrollado gran experiencia en la economía social y
solidaria, junto con un amplio conjunto de estrategias y herramientas para
servir a las personas en su búsqueda de la justicia social a través del trabajo
decente. En África, la OIT gestiona directamente proyectos para promover las
cooperativas, sociedades mutuales y empresas sociales.
En América Latina, la OIT apoya
la investigación, la reforma de políticas y la creación de capacidades con
respecto a la economía social y solidaria. En la Conferencia Internacional del
Trabajo en 2010, los mandantes enfatizaron la necesidad de fortalecer el
trabajo de la Oficina con relación a la economía social y solidaria como un
área importante de creación de trabajo decente. Con el apoyo de la Oficina
Regional de la OIT para África, la Oficina Regional de la OIT para América Latina
y el Caribe y el Centro Internacional de Formación de la OIT, se decidió
celebrar esta segunda Academia Interregional en Quebec para fortalecer la
capacidad de los mandantes de la OIT y otros interlocutores de la economía
social y solidaria.
Este Documento de Trabajo servirá
de base para la segunda Academia, la cual brindará una gran oportunidad para
que los hacedores de políticas promuevan la economía social y solidaria, los
trabajadores mantengan y mejoren su bienestar económico y social, y las empresas
desarrollen su competitividad en un entorno más justo. La Academia, que reunirá
a participantes de todo el mundo, contribuirá al trabajo de la OIT con relación
a la economía social y solidaria para promover el trabajo decente para todos.
Prefacio de la publicación
realizado por:
• Sra.
Patricia O'DONOVAN. Directora Centro Internacional de Formación de la OIT
• Sr.
Charles Dan. Director Regional de la OIT para África
• Sra.
Elizabeth TINOCO ACEVEDO. Directora Regional de la OIT para América Latina y el
Caribe
• Sr.
Assane DIOP. Director Ejecutivo Sector de Protección Social (ED/PROTECT) OIT
• Sr.
José Manuel SALAZAR-XIRINACHS. Director Ejecutivo Sector de Empleo (ED/EMP)
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