UN ARTICULO SOBRE ULISES ARQUIMEDES CERON POLANCO, UNOS DE LOS LÍDERES DE LOS PALMEROS.
Por
considerarlo como un aporte para el conocimiento de la juventud que desconoce
la historia de muchos de los asesinados por el gobierno de los 12 años de
Balaguer reproducimos de manera integra
el reportaje sobre este héroe de los dominicanos.
(El
reportaje aparece en las páginas del periódico Hoy bajo la firma de Ángela
Peña)
Ulises
Arquímedes Cerón Polanco sufrió desde niño los atropellos del trujillato: lo
enviaban a desyerbar las fincas de los Trujillo junto a presos comunes, en
represalia porque lo descubrían criticando al régimen, y regresaba a la casa
con las manos hinchadas, llenas de ampollas. “Papá recurría a su primo José
Dolores Cerón, que era del Ejército, y éste reaccionaba: “Ulisito otra vez, ese
niño no coge cabeza”. Desarrollado prematuramente, debía cargar el acta de
nacimiento para demostrar su edad, recuerda Gladys, la hermana preferida del
revolucionario que cayó en combate el 12 de enero de 1972. Los hijos y la viuda
del integrante del grupo político “Los Palmeros” residen en el extranjero.
Gladys,
que fue depositaria de sus secretos y afectos, es también la que conserva
cartas, notas, fotos, tarjetas, la ropa formal y casual que usó el guerrillero
e infinidad de testimonios orales que le han transmitido compañeros de lucha de
Cerón. Llora al recordar los trágicos pasajes y los momentos dolorosos que
vivió el hermano, como fue el apresamiento en Cuba por diferencias con Caamaño,
pero se repone y confiesa orgullosa que a pesar de aquella humillación, su
hermano vino decidido a preparar la resistencia porque su ideal era lograr una
sociedad justa. Nacido en San Carlos el 14 de enero de 1938, hijo de Arquímedes
Cerón Perdomo y de Rosa Amelia Polanco González, Ulises creció en un hogar
humilde, pero digno. “Éramos pobres pero con un padre de principios que nos
enseñó a compartir lo poco. Era maestro constructor y ebanista”, cuenta Gladys.
Los demás hermanos, Pilar, Alberto Antonio (Titico), César Augusto y Freddy
sufrieron los rigores de la persecución balaguerista. La madre fue apresada como
rehén en interminables allanamientos, Titico estuvo preso largos años y en más
de una ocasión fue vejado a pleno sol, frente a doña Rosa. Afectado por tanto
abuso, don Arquímedes sufrió un infarto que le ocasionó la muerte. “Son heridas
que no se cierran, aunque han pasado 35 años”, expresa Gladys. Ulises
Arquímedes formó ese carácter resuelto contra las injusticias quizá inspirado
en la conducta de su padre, que comentaba los atropellos de Trujillo.
El
abuelo materno, Domingo Polanco, era horacista “y Trujillo le quitó la hacienda
Caracol, en Bonao”. Por eso, apenas graduado de bachiller en el liceo Juan
Pablo Duarte, Ulises se integró a los jóvenes que se enfrentaron a los
remanentes de la tiranía derribada. Desde Bonao, donde fue a identificar
calieses, lo trajeron preso en un vehículo de los llamados “Colepato”. En la
lucha política Fue uno de los fundadores del Partido Revolucionario Dominicano
y luego pasó al 14 de Junio como miembro de Buró Militar. Estuvo entre los
fundadores del sindicato del Ayuntamiento, donde trabajó, y “cuando Peña Gómez
llamó el pueblo a las calles a defender la democracia, en abril de 1965, Ulises
desapareció por una semana y regresó armado de ametralladora y con una herida
en la frente. Estuvo en el bombardeo del Puente Duarte “y en un comando cercano
al cementerio de la Máximo Gómez entre los que estaban Flavio Suero, Titico,
Homero Hernández, Arnulfo Reyes y un guardia apodado Guandulito que se unió a
los constitucionalistas, entre otros”. Fue miembro del comando de la Sánchez
número uno, recuerda Gladys, y se mantuvo “protegiendo la aduana del Puerto
hasta que los americanos la quemaron.
Estuvo
en el asalto a la fortaleza Ozama que dirigió Homero Hernández, y en el que
estuvieron también Amaury Germán, Bienvenido Leal (Chuta),...”. Refiere que su hermano tendió la mano a un
militar que se ahogaba y éste “prefirió hundirse, pensando que lo ejecutarían,
eso afectó mucho a Ulises, que era un gran ser humano”. “De ahí salió afectado
de la audición pues estaba colgado de un tanque, y cuando tiraron
sorpresivamente todos cayeron. No oía casi nada de un oído”, manifiesta. En su
viaje de entrenamiento a Cuba le curaron esta afección y una cojera que le dejó
la caída de un tercer piso. Otra acción en la que participó en esos convulsos
días fue en el asalto a la fortaleza de San Francisco de Macorís por lo que fue
apresado y golpeado hasta romperle un brazo, que le curaron, al mes, en una
clínica privada. A los tres días de dado de alta volvió a la zona
constitucionalista. Concluida la contienda de abril, Ulises continuó la lucha
contra la represión balaguerista, oculto, pues desde que Joaquín Balaguer
inició su mandato lo acusaron de un robo en la Lotería Nacional. Jamás lo
encontrarían pues ningún organismo de seguridad sospecharía cuál era su
refugio: una casa justo al frente del Palacio Nacional.
Después
se ocultó en la de un sobrino y “nos mandaba a buscar, nos abrazaba y besaba,
era el querendón de la familia”. Al poco tiempo, recuerda, se publicó una lista
con fotos de unos jóvenes que no podían entrar ni salir al país. Ulises “estaba
tan camuflado que ni mamá lo reconoció. Cuando salió ese aviso hacía tres días
que se había ido, suponemos que a Cuba”. Ulises casó con Altagracia Bonet,
madre de sus hijos María Teresa, Sandra (nacida en la revolución), y Ulises
Arquímedes”. El último nació el 10 de enero de 1972.
Tres
calles de Santo Domingo llevan el nombre de Ulises Cerón Polanco. Están
localizadas en los barrios La Altagracia, de Herrera; Los Pinos, cerca de la
autopista Duarte, y Juan Bosch, ubicado en el lugar donde cayeron los cuatro.
Gladys agradece los homenajes. Sin embargo, entiende que merecían calles más
amplias y transitadas, “pero las avenidas más importantes de la capital, tienen
nombres de extranjeros”, opinó. El relato
de la vida de su hermano en Cuba lo inicia con “Ata” un amigo que se ofreció
para llevarle a ese país la noticia de la muerte repentina del padre, el 8 de
mayo de 1970. Pero allá no le permitieron verlo. Temiendo no ver a su madre
viva, Cerón Polanco regresó el 12 de febrero de 1971 “por el aeropuerto, con
otro nombre”.“En Cuba, según me han contado, tuvieron muchas divisiones
internas por varias razones, una de ellas por las intrigas que llevó Virgilio
Gómez Suardí (Billo) que parece que quería ser jefe de grupo. Llegaron a
acusarlos de agentes. Ulises salió de Cuba y se fue a Europa, nos mandaba
postales de Francia y Bruselas con el seudónimo de “Roberto”, en honor a un
hermanito fallecido”. Un compañero de Ulises que estuvo entrenándose también en
Cuba, relató a la familia Cerón interioridades de la vida de los muchachos que
ella cuenta con ciertas reservas porque no fue testigo de los hechos. Él le
contó que los cuatro “Palmeros” estuvieron presos porque se atrevieron a
cuestionar a Francisco Alberto Caamaño una presunta vida licenciosa,
desentendido de los entrenamientos. Familiares de otros “Palmeros”, coinciden
en esta versión. Aún así, se reconciliaron y decidieron venir a la República.
Ulises vivió seis meses dentro de la normalidad, manifiesta Gladys, “aunque
tomábamos medidas porque sabíamos que él no iba a dejar su lucha
revolucionaria”. Ocurrió el asalto a The Royal Bank of Canada en el que lo
involucraron junto a otros izquierdistas. “Comenzaron la persecución.
En
noviembre de 1971 nos allanaron a las seis de la mañana y nos rodeó un
contingente de guardias y policías. Ramón Almánzar padre, que era teniente de
la policía me ordenó, haciéndose pasar por fiscal: “Échate a un lado, que
nosotros no tenemos hora para allanar”.“Se llevaron a Titico, lo torturaron,
vomitaba sangre por ojos, boca, nariz, para que dijera dónde estaba Ulises.
Imagínese nuestra situación: Freddy enfermo, Titico preso y Ulises huyendo”. El
seis de enero Gladys vio por última vez a Ulises cuando fue a llevar los
regalos de reyes a los niños. “Venía en un carro conducido por César Félix,
bajó el vidrio, me invitó a subir y le envió un reloj a Pilar. Le confesó que
ese día tenía que ver a sus hijos aunque fuera de lejos y estuvo con ellos dos
minutos. A los tres días un militar le anunció a Gladys que a Ulises le
quedaban tres días de vida y ella le replicó: “Ustedes los van a matar, pero
ellos les van a dar candela”.Un dirigente del 14 de Junio que luego se declaró
balaguerista, concuñado de uno de los hombres de confianza de Ulises, vigilaba
a los Cerón Polanco y “ya había chivateado el lugar donde ellos guardaban las
armas”, afirma Gladys identificando al delator. Ulises Cerón cayó en combate
contra fuerzas de todos los institutos armados que lo atacaron por aire y
tierra junto a Amaury Germán, Virgilio Perdomo y Bienvenido Leal en una cueva
ubicada en el kilómetro 15 y medio de la autopista Las Américas.
“Pienso
que su destino era caer juntos porque se habían separado, dos y dos, pero luego
se unieron. Tenían equipo suficiente para oír los planes de la policía, pero
por mala suerte, ese día no tenían sus aparatos encendidos”, lamenta. “Ulises
recibió el primer balazo sobre la pierna derecha, le partieron el corazón, le
rompieron la boca con la cacha de una ametralladora, después de muerto. No lo
pudimos vestir, estaba totalmente quemado”..
COMENTARIOS:
Rossy
dijo...
Muy
buenas tardes… Muchísimas gracias por publicar este artículo escrito por la
periodista Ángela Pena sobre mi padre. Soy la hija mayor de Ulises A. Cerón
Polanco, Minerva Cerón. Que le puedo decir sobre este gran hombre (y no porque
sea mi padre) que entrego su vida por lo
que el creía que nos merecíamos los
dominicanos: justicia social, libertad y paz.
Francisco
Henríquez Rosa dijo...
Hola,
muy buena pagina y muy buena información, necesaria para educar a nuestra
gente. Si mal no recuerdo, el apodo de "La Chuta" era de Cerón
Polanco y no de Leal Prandy.
Gracias.
Francisco
Rossy
dijo...
Sr.
Francisco Henríquez Rosa, estoy de acuerdo con Usted, cuando dice que
es muy buena información para nosotros y para futuras generaciones. Ah, Sr.
Francisco, el apodo de "La Chuta" era de Bienvenido Leal Prandy NO de
Ulises A. Cerón Polanco.
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